Curso de Astrología
Aplicación Dinámica del SIRC
Tabla de contenidos
Ejemplos prácticos
En este caso confrontamos nuestra práctica ante un horóscopo completo, con lo que el grado de complejidad es mayor. Debido a ello, haremos todo lo posible por exponer el hilo de razonamientos y analogías de forma escueta y sencilla.
En el presente ejemplo el signo ascendente es el Aguador, con lo que existe un regente y un corregente natal.
El regente natal, Urano, se localiza en el signo del Cangrejo en la casa número seis.
Urano como regente natal indica formas de actuación independientes, originales, mentales y con cambios imprevisibles.
Urano en el signo del Cangrejo es una posición en la cual existe sin duda una gran polaridad entre el planeta y el signo, debido al carácter mental del primero y a la tónica psíquica del segundo. Ello significa que hay una gran lucha entre la necesidad de intimidad psíquica y de protección emocional (Cangrejo) y las necesidades de libertad y desapego (Urano). Por ello se tiende a las relaciones emocionales en que no haya compromisos rígidos ni cortes al vuelo personal de cada uno.
La posición de Urano en el Cangrejo en la casa VI es un claro índice de que el trabajo cotidiano es una de las áreas fundamentales en las que la persona coloca sus energías personales, pues este planeta es el regente natal.
En cuanto al tipo de trabajo, la persona prefiere y busca un ambiente fraternal, independiente y a la vez familiar, necesitando poder desarrollar su creatividad original (Urano) y la imaginación (Cangrejo).
El trígono que recibe Urano de Saturno hace que el sentido de la responsabilidad no se pierda en el trabajo, pero hemos de tener en cuenta que Saturno está retrógrado, con lo que es previsible por la analogía del planeta y por tal retrogradación que el efecto saturniano se manifieste sobre todo a edad madura. Este trígono que recibe Urano de Saturno es especialmente potente en cuanto al carácter y las conductas porque Saturno es el corregente natal, con lo que la determinación hacia el yo de ese astro es directa.
En general, un trígono entre Urano y Saturno significa que con un poco de tiempo la persona llega a unir armónicamente lo nuevo (Urano) con lo tradicional (Saturno).
Veamos ahora los restantes aspectos mayores de Urano, que son una cuadratura con Neptuno y otra con Mercurio. Evidentemente, aquí surge un componente de tipo nervioso en desbalance bastante considerable, pues se encuentran implicados los tres planetas relacionados en el horóscopo con el sistema nervioso:
Urano, Neptuno y Mercurio.
Urano en cuadratura con Neptuno ya ha sido especialmente tratado en un apartado específico. En el ejemplo que investigamos, el desajuste se puede considerar como un problema de salud, en este caso psíquica sobre todo, pues Urano se localiza en la sexta casa, que es la de los problemas de salud no crónicos. Simultáneamente, la posición de Urano en el signo del Cangrejo significa de forma clara que ese desajuste en las dos fases del sistema nervioso (excitación- depresión) conduce a problemas de tipo digestivo y estomacal (Cangrejo).
Ya que Urano se encuentra en el signo del Cangrejo, es evidente que la cuadratura que recibe de Neptuno le cala especialmente en cuanto a una tendencia a la depresión (Neptuno), pues el signo del Cangrejo es igualmente de tónica melancólica. Todo lo anterior puede ser aumentado por el aceleramiento (Urano desarmónico) de algunas circunstancias laborales (casa VI), con lo que la voluntad, la planificación en el trabajo y la firmeza (Saturno lanzando trígono) constituyen las armas más eficaces para que tales problemas no hagan tambalear el trabajo personal.
La cuadratura de Mercurio indica que, también en el ámbito laboral, existe tendencia a las conductas conscientes (Urano regente de I) dispersas, dubitativas y despistadas (cuadratura de Mercurio).
En ese sentido, la terapia saturniana parece de lo más conveniente: planificación y organización del tiempo.
Urano es el regente de la primera casa, con lo que las conductas comentadas en cuanto al trabajo tienen su origen germinal en el yo (casa I), es decir, en las propias cualidades conductuales. Así, las experiencias ambientales que se producen a través de la casa VI tienen su causa íntima en los modos de comportamiento propios.
Pasemos ahora al estudio del corregente natal, que es Saturno, el cual se localiza retrógrado en la casa número diez en el signo del Centauro.
Recordemos que Saturno es una coprolongación del yo hacia otra área del horóscopo, por el motivo de que es el corregente natal.
Saturno en el Centauro nos habla de una proyección social (Centauro) controlada con un optimismo realista y, en términos generales, que busca la seguridad (Saturno) en la expansión (Centauro). La posición en el signo centaurino es síntoma de que se va poco a poco (Saturno) ampliando la visión global de la vida y de las cosas (Centauro), con una tónica a la vez moral (Centauro) y realista. En sentido desarmónico, podría indicar pesadez, dificultades (Saturno) y moralismos (Centauro) rígidos (Saturno) en cuanto a las experiencias o la respuesta de lo social (casa X).
Pero, por supuesto, ello depende de los aspectos que recibe Saturno, los cuales analizaremos próximamente.
Por la retrogradación que posee Saturno podemos sacar la conclusión de que esta proyección social y profesional es más tardía que la fase uraniana que se había comentado respecto a la casa VI.
El «paso en el tiempo» de la casa VI a la X se genera a través del trígono de Urano a Saturno, el cual indica que en un cierto punto de madurez se produce el «aterrizaje» de la originalidad personal (Urano en VI) hacia fines concretos y de progresión económica (trígono de Urano a Saturno en casa X).
En cualquier caso, la llegada a ese punto de unión entre el ideal (Urano) y la materia (Saturno), necesita pasar por la prueba que pone Plutón con su cuadratura a Saturno.
No cabe duda alguna que dos planetas tan hondos como ellos en cuadratura dan lugar a una fuerza bastante pesada y difícil de llevar. Se trata del contacto con experiencias duras en el dominio material social (Saturno) que generan crisis de renovación fuertes (Plutón).
Todavía podemos hablar de otra experiencia desarmónica para lo que representa Saturno, lo cual viene indicado por la cuadratura de la Luna en el Aguador y en I hacia Saturno en X.
Este aspecto no hace sino incidir y completar todavía más en lo que se refiere al paso de una fase rebelde, utópica, independiente afectivamente y bohemia en la vida (Luna en el Aguador) a otra mucho más pragmática y madura (Saturno en Centauro en X con trígono de Urano).
La cuadratura de Luna a Saturno también posee una doble determinación hacia el yo, pues el primer planeta es el corregente natal y el astro lunar está presente en la casa primera o de las conductas conscientes. Este aspecto en términos generales significa las dificultades en ciertos momentos importantes de la vida para conciliar y evitar el rozamiento entre los aspectos representados por la Luna en el Aguador (sentimientos bohemios, hogar, romanticismo utópico, etc.) y los indicados por Saturno (responsabilidades concretas, vida de la calle, pruebas económicas, etc.).
Para terminar, solo nos falta analizar lo que se refiere a las casas regidas por Saturno, que nos hablarán de las causas originales de la dinámica saturniana en el sector décimo.
Estas casas «regidas» son en el presente caso la I, con su cúspide en el Aguador y, la XII, con su cúspide en el Macho Cabrío.
Continuando con el hilo, la regencia de Saturno en X sobre las casas I y XII significa que el lento y a veces arduo camino de la progresión social y profesional posee su germen original y su sustento en ciertas conductas conscientes (casa I) y en comportamientos o inclinaciones subconscientes (casa XII). La corregencia de Saturno sobre la casa primera indica que el soporte de la progresión social es el propio esfuerzo personal, con lo que en la persona está la propia clave para solucionar los retrasos y obstáculos que se le presenten. Cabe pensar que uno de los factores por los cuales a veces se hace dificultoso ese ascenso social es por el propio signo ascendente (Aguador), al cual no le gusta el rigor de la vida material. Simultáneamente, puede ser el propio signo del Aguador a través de su originalidad el que mejore sustancialmente la proyección socio-profesional, lo cual se ve directamente en el trígono de Urano en VI a Saturno en X.
El otro sustento o causa primordial de las experiencias saturnianas en X es la regencia de Saturno sobre la casa XII, lo cual precisa que hay aspectos saturnianos subconscientes que provocan las situaciones comentadas respecto al sector décimo. Tales propensiones subconscientes las podemos concretar un poco más a través de los aspectos que recibe Saturno, pues no en vano este planeta es el «regente del subconsciente (regente de casa XII)» La cuadratura que envía la Luna al planeta saturniano nos indica que, en cuanto al temperamento subconsciente, hay inclinación a la falta de conciliación entre lo imaginativo (Luna) y lo realista (Saturno), entre lo familiar (Luna) y lo del mundo de la calle (Saturno), etc.
La cuadratura que recibe Saturno de Plutón nos habla del comportamiento subconsciente basado en la falta de transformación interna (Plutón) oportuna en tiempos de pruebas materiales (Saturno), así como la falta de renovación (Plutón) en todo lo relacionado con las cualidades y aptitudes saturnianas: puntualidad, autocontrol económico, planificación, prudencia, etc.
Como punto armónico en cuanto al bagaje subconsciente, hay que decir que el trígono de Urano a Saturno puede generar la inspiración mental o intuición (Urano), siempre basada en un voluntarioso trabajo previo (Saturno).
A continuación vamos a ver un ejemplo de estudio global de la casa II, sobre todo insistiendo en el SIRC.
Quizás le llame la atención que vayamos ahora a pasar a otro horóscopo, en vez de continuar analizando todas las casas en esta primera carta astral completa del ejemplo K-22. El motivo de que saltemos de una carta astral a otra para estudiar un ejemplo por cada casa astrológica, es que pretendemos que usted aprenda a focalizar su atención en el estudio de cada casa, dejando la visión general del horóscopo para un paso posterior en el orden lógico de la interpretación, que es lo que hemos denominado el SUI (sistema universal de interpretación).
De este modo, la idea en esta serie de doce ejercicios es que usted estudie de acuerdo al SIRC los factores en relación con cada casa, pero sin liarse tratando de tomar una visión de conjunto del horóscopo, lo cual no haría otra cosa que confundirle por la necesidad actual de que antes practique más.
El planeta Júpiter se localiza en el signo del Toro en la casa segunda.
Júpiter en el Toro posee mucha relación con la expansión en el mundo propio de este signo: propiedades materiales, necesidades básicas, sustento económico, voluntad concreta, optimismo realista, etc.
En la casa II se acentúan obviamente algunos aspectos relacionados con la posición de Júpiter en el Toro, pues la casa II posee una afinidad directa con el signo segundo del zodíaco (el Toro).
Así, dependiendo de los aspectos que posea Júpiter podemos hablar de acumulación expansiva de riquezas y bienes materiales con cierto poder benefactor (estado armónico), o de derroche, fachada y exageración en lo económico (estado desarmónico).
En el ejemplo que estudiamos, es evidente que el estado cósmico general de Júpiter es excelente, a pesar de la cuadratura que recibe este astro del planeta Venus.
Veámoslo paso a paso, aplicando nuestros conocimientos del SUIPASC.
Júpiter posee trígono de la Luna, con lo que podemos hablar de fecundidad (Luna) en lo material, así como el apoyo y mejoramiento mutuo entre las cuestiones de expansión económica (Júpiter en II) y las experiencias familiares y sentimentales (trígono de Luna a Júpiter).
El astro jupiteriano goza también de la fuerza armonizante de Marte, lo cual genera inclinación al mando, la firmeza y el liderazgo en lo económico, siempre bajo la tónica general jupiteriana: optimista y expansiva.
Júpiter recibe igualmente un trígono de Urano, con lo que podemos decir con total seguridad que el manejo del dinero tiene en consideración aspectos idealistas o, dicho de otra forma, que el manejo crematístico tiende a un fin idealizado.
Ello lo obtenemos del hecho de que se trata de un aspecto entre los dos planetas más idealistas del zodíaco: Urano y Júpiter. A la vez, podemos hablar de creatividad, originalidad y líneas nuevas en el manejo de las bases económicas, todo ello en conexión con la fuerza uraniana.
Para terminar con los aspectos armónicos de Júpiter, este recibe un trígono del transformador Plutón. Ello es importante, pues significa que se da un tono o giro evolutivo en general al uso del dinero, aparte de que existe buena incubación previa y profundización en los proyectos antes de lanzarse a la práctica.
No es nada malo que un planeta con tan buenos aspectos posea una cuadratura, pues ello da el punto necesario de dificultad para polarizar convenientemente la situación. Así, la cuadratura de Venus indica que los lujillos, la comodidad y algunos caprichos también conforman parte del uso que se da al dinero. Veamos ahora el tema que nos trae a este capítulo, que es el de la aplicación del SIRC a cada planeta.
Júpiter es el regente de la casa nueve, ya que esta se localiza en el signo del Centauro.
Vamos entonces a ver qué se encuentra en el germen de la dinámica jupiteriana comentada respecto a la casa II.
Recordemos, a la vez, que el estado cósmico del astro jupiteriano se extiende simultáneamente a las casas que él rige, independientemente de los planetas que en cada una de ellas pudiera haber.
Por tanto, el «sustrato o cimiento original» de la generación de fuerzas que produce Júpiter en II se halla en: viajes al extranjero, relaciones internacionales, apertura a otras formas de vivir, idiomas, mente abierta y globalizadora, filosofía optimista y expansiva de la vida, amplias miras,…y todo lo que signifique la casa diez con su cúspide en el signo del Centauro, el cual está muy bien armonizado por su regente jupiteriano.
A la vez, Júpiter se constituye en uno de los tres corregentes de la casa doceava.
Este es un caso en el que merece la pena detenerse un poco, pues no es raro que se presente, sobre todo en horóscopos de latitudes altas, tanto al norte como al sur, en las cuales las casas se deforman bastante y es frecuente que se den signos interceptados.
Ya habíamos comentado la base sobre los signos interceptados, que son aquellos en los que no cae la cúspide de ninguna casa. En el ejemplo que estamos visualizando, el regente de la casa doceava es Urano, ya que la cúspide de esta se localiza en el signo del Aguador. El segundo corregente es Saturno, el tercero es Neptuno y el cuarto es Júpiter, con lo que nos será fácil entender que hemos buscado el caso más complejo que se puede dar.
En cualquier caso, Júpiter sigue teniendo cierta influencia sobre las conductas subconscientes y el subconsciente kármico.
En tal sentido, no cabe duda de que de forma innata la persona manifiesta algunas cualidades jupiterianas, pero concretamente referidas a la corregencia del planeta jupiteriano sobre el signo de los Peces, pues no es lo mismo que las cualidades de Júpiter rigiendo al Centauro.
Así, hecha esta aclaración, hemos de saber que el segundo «sustento» de Júpiter es precisamente la casa XII, con lo que podemos hablar de una inclinación subconsciente a la moral interna, la caridad generosa y algunos retazos de inspiración filosófica (Peces interceptado en XII y corregido por Júpiter en excelente estado armónico). Obviamente, tendríamos que analizar el resto de los componentes presentes en el sector doce para saber qué otros arquetipos subconscientes posee esta persona, pero en principio parece lógico pensar que la corregencia de Júpiter sobre XII nos habla de fe y confianza interna como base para el éxito jupiteriano que se observa en casa II.
A esto anterior se le suma la regencia de Júpiter sobre la casa novena, la cual también posee una tónica espiritual -al igual que la doceava- debido al estado cósmico muy armónico de Júpiter.
Se puede engañar la persona que sólo visualiza la presencia de Júpiter en el Toro sin más, lo cual le llevaría a pensar que la filosofía de la vida de esta persona (Júpiter) solo es de tipo acumulativo en lo material (Toro). En cambio, según el SIRC, la regencia de Júpiter en buen estado cósmico sobre las casas IX y XII indica claramente que el «trasfondo o sustento básico» de la acción jupiteriana posee bastante de espiritualista.
En realidad, vemos como a través del uso correcto del SIRC nos abrimos a nuevos arcanos en la interpretación astrológica, los cuales no tienen limitación en su valía esotérica y psicológica.
Un punto que se suele citar en los pocos textos que acceden a este nivel de interpretación es el tema de si, en el caso de los planetas que rigen a la vez dos casas, éstas quedan de alguna manera relacionadas entre sí.
En términos generales se puede decir que, en el caso de un planeta presente en la casa W y que rige a la vez las casas Y y Z, LAS CASAS Y y Z ESTÁN UNIDAS EN TANTO EN CUANTO QUE AMBAS SE ENCUENTRAN CONECTADAS CON EL PLANETA QUE LAS RIGE.
Por tanto, en la generalidad del estereotipo de caso que comentamos, no se puede decir que haya una relación entre las casas Y y Z independientemente del planeta que las rige, sino que la conexión existente entre ambas tiene que deberse al común planeta regente que ambas poseen.
Es obvio que en el ejemplo K-23 Júpiter une en algo a las casas IX y XII, pues él es regente de la primera y uno de los corregentes de la segunda. Así, ya que Júpiter se encuentra muy bien aspectado y, teniendo en consideración que él posee también una faceta idealista, es claro que su regencia sobre la casa IX (ideales) y la XII (trabajo y abnegación para superar el karma) produce en este astro una inclinación a tales cuestiones. Ello por supuesto aporta algo sorprendente respecto a lo que se podría suponer visualizando solo la posición de Júpiter en un signo acumulativo y material como el Toro.
Así, resumiendo, la relación que se genera entre cualesquiera dos casas Y y Z regidas ambas por un mismo planeta, se realiza siempre a través de la sintonía de ellas con su astro regente.
Dado el caso del ejemplo K-23, es obvio que la regencia del astro jupiteriano en buen estado sobre dos casas que poseen bastante de tónica espiritual, hace que tal efecto se sume. Es decir, se añade la inclinación idealista del sector terrestre IX a la onda abnegada e interiorizada de la casa doceava. Y es precisamente en este sentido como debemos de ver la relación entre dos casas que hemos llamado genéricamente Y y Z: siempre relacionándolas conjuntamente con el astro que rige a ambas, viendo qué le aportan conjuntamente a su astro regente, o visualizando la posible contradicción que esas dos casas también podrían suponer como «base o sustento» de la actividad planetaria.
Continuemos adelante con un ejemplo en relación con la casa III.
Fijémonos ahora solamente en Mercurio situado en la casa tercera, el cual está en el signo del Toro, con cuadratura de la Luna, sextil de Venus, sextil de Júpiter, trígono de Urano y trígono de Neptuno.
En términos generales, la fuerza intelectual de Mercurio en el Toro va dirigida hacia cuestiones prácticas, pues este es un signo que piensa lento, pausado, con calma y de forma muy aplicada. Así, esta posición es conveniente para estudios en los que se solucionan problemas concretos de tipo productivo, fundamentalmente a través de la experiencia, el trabajo intelectual tesonero y ciertos aportes de estética conjuntos, esto último debido a la regencia de Venus sobre el Toro.
La cúspide de la casa III en el signo del Carnero nos aporta algo también interesante que perfila mejor lo ahora mismo comentado: el Carnero en casa III se relaciona con labores intelectuales de tipo práctico, con clara tendencia a las cuestiones técnicas o mecánicas, lo cual encauza y precisa más la interpretación que anteriormente hacíamos acerca de Mercurio en el Toro. Por supuesto que esta inclinación a labores mentales prácticas y técnico-concretas es solo el inicio de la interpretación, pues hemos de aplicar el SUIPASC también en lo que se refiere a los aspectos que recibe el mercurial planeta, para de esa manera acercarnos aún más a la realidad.
La cuadratura de la Luna a Mercurio hace que la mente en ocasiones se disperse, sobre todo porque no hay un buen apoyo entre la memoria (Luna) y la capacidad de relación (Mercurio), en buena parte por la batalla (cuadratura) entre la imaginación (Luna) y el pensamiento lógico (Mercurio).
El sextil de Venus a Mercurio es interesante en cuanto que da acceso mental a elementos estéticos, pero sobre todo resulta práctico en lo que se refiere al significado de la casa III en relación con los modos y las aptitudes para comunicarse, pues genera un tono más agradable y cordial.
Algo parecido ocurre con el sextil del planeta Júpiter, que proporciona más fluidez social y expansión comunicativa.
En lo que se refiere a los trígonos, el astro mercurial posee dos, uno con Urano y el otro con Neptuno.
El trígono de Urano a Mercurio es, por motivos claros, uno de los más potentes aspectos que se pueden dar entre planetas respecto al plano o esfera mental. Tal aspecto entre el planeta de la inteligencia y el astro de la intuición, que es la octava superior del primero, significa mucha claridad mental y capacidad de originalidad. Se fortalecen las facultades de relación, con tendencia a la función de síntesis debido al carácter universalista de Urano.
Junto a todo lo anterior, es indudable que este trígono polariza bastante con la posición de Mercurio en el signo del Toro. Así, se une la mente concreta práctica y aplicada (Mercurio en el Toro) a las posibilidades de originalidad e inventiva mental, teniendo por supuesto esta creatividad una repercusión directa en el mundo de lo material y concreto. El trígono que va de Neptuno a Mercurio da capacidad de penetración a la mente en cuestiones de carácter más trascendental o basadas en la inspiración, aunque por supuesto siempre sobre la base en la que se encuentra Mercurio, que es el práctico y sensorial signo del Toro.
Respecto a una posible síntesis, podemos entender perfectamente que esta persona posee aptitudes para desarrollar líneas de pensamiento lógico (Mercurio) bien sustentadas en principios o criterios de practicidad y productividad (Toro). Todavía podríamos añadir algo respecto a la posición de la cúspide III en el signo del Carnero, que se conecta con lo técnico y mecánico. A la vez, en tales terrenos existe la facilidad para incluir elementos originales, de vanguardia y fruto de la propia investigación (trígono de Urano). Por último, el trígono de Neptuno genera afinidad por lo inspirado y surrealista, pero siempre sin perder de vista el horizonte de lo terrestre.
La regencia de Mercurio sobre la casa octava y sobre la quinta es lo que nos introduce verdaderamente en el sistema del SIRC aplicado a este planeta. De ese modo, el germen o sustento original de la actividad mercuriana en la casa III se visualiza precisamente en las dos casas que él rige.
En este caso, Mercurio, astro intelectual por excelencia, se localiza en una casa que es también del tipo mental. Pero la regencia de Mercurio es sobre una casa afín al triángulo del agua, llamada también casa kármica o casa psíquica. Y según el patrón interpretativo que hemos marcado, sucede que la base de la actividad intelectual y comunicativa (casa III) de Mercurio, se localiza en el trabajo de interiorización (casa VIII).
Este es un caso bastante curioso, aunque más que nada se constituye en un ejemplo que refuerza la valía del Sistema de Interpretación de los Regentes de Casas. En tal sentido, esta persona se manifestaría externamente en cuanto a su capacidad intelectual como bastante racionalista y aplicada, pero como una de las bases de sus procesos intelectivos se encuentra una buena capacidad de digestión mental interiorizada (Mercurio rigiendo la cúspide de la casa VIII en la Virgen).
Esto último se puede interpretar en el sentido de que el signo de la Virgen rige la discriminación y el discernimiento, con lo que al estar la cúspide de la casa VIII en este signo podemos hablar de un análisis (Virgen) interiorizado (casa VIII) muy agudo.
Los «arraigos» de Mercurio también se enclavan en el sector quinto, con lo que la creatividad, el ocio creativo y, quizás, los negocios o inversiones (casa V), son la base fundamental sobre la que se sustenta o apoya la actividad mercurial en la casa tercera.
Como puntos prácticos, podemos sacar algunas conclusiones: – las labores mentales que esta persona realice como ocio creativo (casa V en Gemelos) son el soporte más fuerte para un buen rendimiento intelectual (Mercurio en casa III).
Así mismo, las creaciones mentales o comerciales que se acometen como empresas propias (casa V en Gemelos), son un fundamento importante para el más amplio desarrollo de las aptitudes del intelecto racional práctico (Mercurio en Toro en casa III). – el poder de concretización y originalidad de esta persona en lo intelectual (Mercurio en III) se sustenta igualmente en su capacidad de diálogo interno (Mercurio regente de VIII), así como en su posibilidad de seleccionar, analizar y discriminar internamente los contenidos intelectuales (casa VIII en Virgen) y los pensamientos.
En este caso nos vamos a referir a un planeta situado en la casa cuarta, que es concretamente Mercurio. El astro mercurial se sitúa en el signo del Aguador exaltado, pero con un estado cósmico medio-bajo, pues posee dos cuadraturas y un solo sextil.
Como sabemos, la casa IV nos indica aspectos muy importantes en la vida de la persona, pues ella tiene que ver con el pasado, con el origen y el punto «por donde se llega» a una nueva existencia.
Así, la casa IV puede hablar mucho acerca del ambiente general durante la infancia y el tiempo en que la persona está muy en relación con sus padres, casi hasta el momento en que se independiza de ellos.
El cuarto sector representa la asimilación de experiencias en ese período de tiempo por parte del interpretado, con lo que ahí podemos estudiar las características más relevantes del hogar paterno, especificando que en una mujer la casa IV es la madre, mientras que en el horóscopo de un hombre el cuarto sector indica al padre.
En el presente ejemplo, se trata de la carta astral natal de un varón.
Comencemos pues.
La cúspide de la casa cuarta en el signo del Macho Cabrío nos habla acerca del ambiente general del hogar tal como es recibido por el interpretado en el comienzo de su vida. Estas características capricornianas pueden ser tanto de tipo responsable y voluntarioso, como de rigidez y materialismo.
Para especificar debemos de estudiar al planeta presente en la casa cuarta, que es Mercurio.
El astro mercuriano se encuentra en un signo intelectual, con lo que podemos hablar de cierta frialdad e intelectualismo en las relaciones generales con los padres, especialmente con el padre, que poseería un carácter general nervioso y muy mental, con poca demostración afectiva, quitando que el sextil que recibe Mercurio de la Luna suaviza un poco esta cuestión. Si Mercurio no poseyera esas dos cuadraturas, tendríamos que hablar de una figura paterna muy despierta y relevante dentro del campo intelectual, con buenas aptitudes para la comunicación amistosa y fraternal con su hijo.
Pero la realidad es que Mercurio posee dos fuertes cuadraturas, una con Marte y otra con su octava superior Plutón.
Es indudable que estas dos cuadraturas representan un comportamiento agresivo, autoritario y poco controlado en la figura paterna, especialmente en su forma de pensar y de hablar (Mercurio es quien recibe esas dos cuadraturas).
Tampoco se podría descartar el peligro de accidente de importancia para el padre, sobre todo porque Marte lanza la cuadratura desde la casa octava.
Simultáneamente, existe un choque frontal entre el yo del interpretado (Plutón en I) y el de su padre (Mercurio en IV), por el motivo de que Plutón envía su cuadratura desde el sector I, que es el que representa precisamente al yo (del dueño de la carta astral).
Pero este es un tema en el que todavía no nos vamos a introducir, que es el hecho de estudiar a fondo no solo los aspectos que recibe un planeta, sino también las casas en que se localizan los astros que mandan tales aspectos.
No se descarta que el padre tuviera ciertas habilidades técnicas o científicas (Mercurio exaltado en el Aguador), pero lo que sí es claro es que la experiencia que recibe el interpretado de su padre es de aceleramiento, impulsividad, estrés, frialdad y poco autocontrol.
Mercurio es el regente de dos casas, que son la IX y la XI. La novena está con su cúspide en el signo de los Gemelos, mientras que la undécima se localiza en el signo de la Virgen.
Estudiemos la relación de Mercurio con ambas primero por separado o individualmente.
Uno de los «sustentos» de la mencionada actividad mercuriana en la casa IV es precisamente la casa IX en el signo de los Gemelos, que probablemente nos habla de viajes largos (casa IX) del padre por su actividad intelectual y por su característica impulsividad, lo cual genera a su vez irritabilidad y nerviosismo en el dueño de la carta astral en su infancia.
No podemos olvidar en lo que se refiere a esto último que la casa cuarta también marca mucho la infancia en términos generales, incluyendo ello también la personalidad que el niño adapta durante esa época debido a todo el medio ambiente familiar circundante.
Otro de los elementos que puede aportar la casa IX como germen inicial de la situación planteada en la IV es el hecho de que la filosofía de la vida (casa IX) que se pretende inculcar a través de la relación paterna es un tanto fría, extremista, dual e imprevisible.
Pasemos ahora a la regencia de Mercurio sobre la casa onceava, cuya cúspide se localiza en la Virgen.
En esta casa XI se puede encontrar otro de los motivos íntimos de la situación general planteada en casa IV. Se puede decir que las amistades y los proyectos cara al futuro del niño (XI), un tanto maltratados por su padre, son otras de las causas por las que el ambiente en el hogar posee las mencionadas cualidades de frialdad y superficialidad. Aquí nos podemos preguntar si en este caso la casa XI trata de las amistades del padre del interpretado o de las amistades del propio niño (el interpretado).
En realidad, la casa onceava muestra directamente las relaciones de amistad del niño, pero según el SIRC podemos sacar también la conclusión de que el comportamiento que el niño va a tener con sus amistades va a estar muy marcado por la influencia de su padre.
En todo esto no podemos perder de vista el hecho de que Mercurio no solo hace llegar a la casa IV el poder de su posición en signo y de sus cuadraturas, sino también esta energía mercuriana se prolonga hacia las casas que rige y sus asuntos: IX y XI. Esta influencia del desarmónico mercurio sobre estas dos últimas casas es especialmente fuerte en este horóscopo, pues en ninguna de las dos existe ningún otro planeta presente, con lo que no hay otros elementos capaces de contrarrestar o equilibrar la fuerza «de regencia» de Mercurio sobre ambas casas.
En términos generales se puede decir, en el nivel que nos encontramos de la interpretación, que:
EN LAS CASAS QUE NO POSEEN PLANETAS PRESENTES, EL TONO VIBRATORIO (EN CALIDAD Y CANTIDAD) DE ESOS SECTORES TERRESTRES DEPENDE FUNDAMENTALMENTE DEL PLANETA O PLANETAS REGENTES DE CADA UNA DE ELLAS. ESTA FUERZA PLANETARIA «DE REGENCIA» SE EXPRESA A TRAVÉS DEL SIGNO ZODIACAL EN QUE ESTÁ LA CÚSPIDE DE CADA CASA «VACÍA» (SIN PLANETAS PRESENTES).
Continuando con nuestro tema, sucede que la desarmónica fuerza mercuriana también se extiende a las amistades del interpretado y a sus futuros viajes largos, temas que también estarán marcados por la precipitación, la superficialidad, la frialdad y a veces la ruptura (Mercurio recibiendo cuadratura de Marte y de Plutón).
Parece como si la relación entre Mercurio en la casa IV, por un lado, y, las casas IX y XI, por el otro, fuera un «toma y daca» en el que un efecto se convierte de nuevo en una causa y esta a su vez genera otro efecto.
También podemos interpretar que el padre (Mercurio en IV), con su tónica citada, genera un cierto control, dominio o influencia sobre las amistades (casa XI) y la filosofía de la vida (casa IX) de su hijo (el interpretado), por aquello de la subordinación de las casas regidas a la de posición del planeta.
No cabe duda de que en la Astropsicología, ya desde el nivel de interpretación en el que nos encontramos, la lectura del horóscopo se convierte en algo multidimensional. Es decir, al pasar a explicar esto a términos racionales, debemos de «atacar el asunto» desde varias perspectivas para poder tomar una suficiente visión de conjunto.
Continuemos viendo algún ejercicio más.
Consideremos la posición de Marte en la casa número cinco, que se encuentra justo en conjunción con la cúspide de la misma.
Marte está en el signo de los Gemelos, lo que genera dinamismo y movilidad en todos los asuntos regentados por el quinto sector terrestre.
En relación con el ocio y el tiempo libre, parece lógico pensar que las actividades de movimiento y de tipo deportivo son necesarias para el buen funcionamiento mental (Gemelos).
Las aventuras o relaciones amorosas son claras, directas y a la vez comunicativas.
Marte es el regente de la casa número tres, cuya cúspide se localiza en el signo del Carnero, a la vez que se constituye en corregente del sector terrestre décimo, pues este se sitúa en el signo del Escorpión.
Con todo lo dicho, podemos deducir que la base de las actividades de ocio (casa V) de esta persona se encuentra en el sector terrestre número tres: viajes cortos, actividades comunicativas, etc.
De la misma manera, el sustento de las relaciones afectivas (casa V) es el entendimiento comunicativo espontáneo y la compenetración mental (casa III), siempre en la tónica dinámica propia de Marte en los Gemelos.
Vayamos ahora a lo que representa la corregencia de Marte sobre la casa décima.
Como sustento o pilar de la actividad marcial en casa V, encontramos una labor concentrada y callada (Escorpión) en el ámbito social y profesional (casa X).
En tal sentido, una de las bases de la expansión en el tiempo libre (casa V) es la inclusión en los ambientes sociales de tipo escorpioniano, en este caso elevado, ya que tanto Marte como Plutón se hallan en buen estado cósmico. Así, la persona preferirá aquellos círculos sociales en los que haya buen ambiente de autorrealización y mejoramiento personal como, también, elevación en las relaciones sexuales.
En las posibles iniciativas que se pudieran tener en cuanto a empresas acometidas con la propia energía (casa V), la columna sustentadora es igualmente la casa décima. En tal sentido, una acción social cautelosa, controlando el callar y muy bien incubada antes de pasar a la práctica (Escorpión), es lo que define tales actuaciones de inversión de esfuerzos (V).
La base del éxito amoroso (Marte bien aspectado en casa V) se encuentra en la forma de actuar socialmente por parte de esta persona: magnetismo personal y estilos atractivos.
Continuemos ahora con otro ejemplo, esta vez conectado con la casa sexta.
Mercurio se establece en el sector sexto, en el signo de los Peces, en estado cósmico medio-alto a pesar de su exilio, pues posee dos trígonos y un sextil, lo cual es un suficiente bagaje como para elevar la calidad del exilio y situar la vibración planetaria en muy buena posición.
Mercurio en el signo de los Peces nos habla de la capacidad de usar la comunicación (Mercurio) para curar física o psíquicamente (Peces), o bien, para penetrar con la mente concreta en lo surrealista, lo divino y lo subconsciente. Si el planeta estuviera en desarmónico estado cósmico, sucedería que las habilidades expresivas (Mercurio) se utilizarían para el enredo, el engaño y el subterfugio (Peces).
Simultáneamente, el tipo de mente sería escurridiza, evasiva y muy insegura.
Pero vayamos al caso presente, el cual es bien distinto. Aquí Mercurio genera la habilidad para hacer de comunicador, intermediario, enseñante o difusor de los asuntos laborales (casa VI) en conexión con los Peces: ambientes relacionados con la enfermedad psíquica o física, ambientes en los que la inspiración es la clave, medios que requieren abnegación, entrega y fe en la vocación, etc. Todavía podríamos considerar la posibilidad de pequeño o mediano comercio (Mercurio) en relación con asuntos regidos por los Peces: hostelería, bebidas, turismo, etc.
Consideremos seguidamente los aspectos planetarios que recibe Mercurio.
En primer lugar, encontramos un trígono de la Luna. Pensemos que el presente caso es una mujer. Es indudable que este aspecto genera una conexión bastante probable en el campo laboral con el mundo de lo femenino, los niños, la alimentación o algún otro sector relacionado con la Luna. Esto también sería perfectamente factible si se tratara de un hombre.
En el plano psicológico, el trígono de Luna a Mercurio genera una buena unión o apoyo dinámico entre lo afectivo-emocional- imaginativo (Luna) y lo racional-mental (Mercurio).
El segundo aspecto que estudiamos ahora es el trígono de Plutón a Mercurio, el cual genera profundidad en las labores personales, así como autorrealización e integración con el medio-ambiente del trabajo. Plutón da a Mercurio mayor capacidad de concentración y de compenetración en las cuestiones laborales.
Pasemos ahora a la regencia del mercurial planeta sobre las casas siguientes: la primera y la décima. Debido a la trascendencia de ambas casas, las cuales son angulares, Mercurio va a tomar mucha importancia en este horóscopo.
Primeramente, el planeta mercuriano es el regente natal, pues el ascendente se localiza en el signo de la Virgen. Por tanto, el IMPULSO ORIGINAL o el «germen inicial» de la comunicativa y abnegada labor en la casa sexta, se localiza en el sector primero: las conductas y las actuaciones voluntaria y enérgicamente dirigidas hacia un fin, el temperamento, etc.
(casa I).
La gran conclusión al respecto de esto mismo es que es la propia persona la que se ha ido enfocando hacia las metas y las funciones descritas en la casa VI. Expresado de otra forma, la actuación en la casa sexta es algo así como la misión que la propia persona ha elegido en su vida y la cual ha ido buscando de una forma voluntariamente decidida. Así, no se trata de nada circunstancial.
También debemos de tener en cuenta cuál es el signo zodiacal que se localiza en la cúspide de la casa regida y no solo el planeta regente pues, por ejemplo en este caso, es claro que existen diferencias entre la vibración de Mercurio a través de la Virgen y la de este mismo planeta cuando se expresa mediante los Gemelos.
Recordemos:
EL PLANETA REGENTE DE UNA CASA ACTÚA A TRAVÉS DEL SIGNO (Y SUS CARACTERÍSTICAS) QUE CAE EN LA CÚSPIDE DE ESA MISMA CASA.
Ello hay que tenerlo en cuenta especialmente cuando un planeta rige dos casas, lo cual sucede con los planetas que regentan dos signos zodiacales cada uno.
En el que caso que revisábamos, la base de la actividad mercuriana en VI es, más concretamente, la casa I en la Virgen, lo cual es: meticulosidad, racionalización de los esfuerzos, entrenamiento para la eficiencia, discernimiento, especialización intelectual, etc. Así, la interpretación de «aportación» de la casa I a la VI es mucho más concreta y variada.
Pasemos a continuación al estudio de la casa X en los Gemelos como base de la actuación de Mercurio en la VI.
Las fuerzas sociales en las que se ve inmersa esta persona se encuentran en sintonía o analogía con el signo de los Gemelos, es decir, con la comunicación, la amistad, las charlas intelectuales, etc., pero ciertamente deberíamos de especificar un poco más, pues Mercurio se localiza en el signo de los Peces. Así, podemos decir que el ambiente socio-profesional es del tipo comunicativo, abnegado, caritativo y preocupado por los males ajenos, para lo cual se aplican los métodos mercurianos de tipo intelectual.
Cuando en un horóscopo nos referimos al ambiente social es algo mucho más sutil que decir que la persona vive en tal o cual lugar o trabaja en este u otro sitio. En una misma sociedad o en un igual núcleo humano cada persona tiende a vibrar, afinar o buscar cierto tipo de ambientes, de los cuales casi siempre se tiene alrededor para todos los gustos.
De ese modo, mientras unos afinan, se integran o incluso caen en círculos artísticos, otros lo hacen en sectas, otros van al club deportivo de moda y otros tratan de acceder a grupos en los que sus hobbies son apreciados.
En este ejemplo estudiaremos a Plutón en relación con la casa VII pues, aunque este planeta está todavía en la VI, ya influye más que nada en la siguiente casa, siempre entendiendo que el astro entre dos casas sirve de unión o de catalizador entre los significados de ambas.
Plutón se localiza en el signo del Escorpión en domicilio, con lo que en principio se sitúa en buena posición, aunque considerando la cuadratura que recibe y los 4 sextiles, en síntesis se puede hablar de un estado cósmico medio.
Como sabemos, la casa VII tiene relación con el ambiente general del matrimonio, así como con la aportación del temperamento del cónyuge. En este caso, Plutón aporta un ambiente en el cual existen crisis depurativas periódicas, pero de las cuales se genera un renacimiento en la relación de pareja.
Simultáneamente, la relación posee una tónica profundamente sensual, en la cual existe una gran profundización como, a veces, celos. En el presente caso se trata del horóscopo natal de un varón, con lo cual la posición de Plutón se refiere sobre todo a las cualidades más relevantes de su esposa en cuanto a la relación de pareja.
Aquí debemos de recordar un punto importante, que es en relación con el sistema universal de las determinaciones, el cual nos sirve en un caso como este para saber hasta qué punto Plutón se relaciona con la esposa específicamente. Este es un ejemplo bastante claro, pues Plutón es el propio regente de la casa VII, con lo cual este astro queda prácticamente del todo determinado o relacionado con la casa VII, es decir, con la figura del cónyuge.
En términos generales podemos decir que:
UN PLANETA COLOCADO EN LA MISMA CASA QUE ESTE RIGE TOMA ESPECIAL FUERZA EN RELACIÓN CON TAL SECTOR TERRESTRE.
Ello se debe a que un astro en tal posición está doblemente determinado o relacionado con esa casa. La primera determinación es por posición en la casa y, la segunda, por regencia sobre esa misma casa.
Veamos ahora los aspectos astrológicos de Plutón.
Primeramente, consideremos la cuadratura del Sol a Plutón. Las cuadraturas recibidas por el astro plutoniano normalmente significan asuntos o cualidades internas que generan crisis, conflictos, roces o dificultades para la evolución. En el ejemplo de una cuadratura del Sol, podemos citar algunos temas en ese sentido: soberbia, autosuficiencia, crisis en el ejercicio de la propia autoridad, etc.
Los sextiles son los que terminan de equilibrar en una posición media a la vibración plutoniana. Todos esos sextiles suponen matices armónicos generados por la esposa. Veámoslo.
La recepción por parte de Plutón de un sextil de la Luna y otro de Venus significa que la feminidad y lo maternal son cualidades armonizadoras de la mujer.
Los sextiles de Saturno y de Neptuno, ambos planetas meditativos, significan que la esposa posee esas cualidades también.
En este caso llama bastante la atención la polaridad entre los sextiles de la Luna y Venus, por un lado, y de Saturno y Neptuno por el otro. Los primeros planetas son bastante expresivos en cuanto a sus afectos, mientras que los segundos son de tipo introspectivo.
Vemos ahora un horóscopo en el que nos centraremos en el planeta situado en la casa VIII. Se trata de la Luna colocada en el signo de los Peces.
En cuanto a su estado cósmico, este es un ejemplo conveniente de ser comentado. Posee dos cuadraturas, un trígono y tres sextiles. Considerado esto de forma numérica, se podría ver el conjunto de los aspectos como de mediano nivel, pensando que el trígono y los tres sextiles pueden compensar el poder desarmónico de las dos cuadraturas.
Aunque ello pudiera ser lógico en principio, lo que no cabe duda es que existen dos cuadraturas, las cuales no son en ningún momento «neutralizadas». Lo más que podríamos decir es que los trígonos y los sextiles facilitan las soluciones o el equilibrio de las cuadraturas, ya que los primeros representan poder armonizador.
Entonces, efectivamente se puede considerar que el estado cósmico de la Luna es medio-bajo, porque no podemos olvidar en ningún momento que las dos cuadraturas las recibe la Luna estando en la casa VIII, la cual es un sector terrestre delicado cuando existen cuadraturas a planetas presentes en ella.
La Luna en el signo de los Peces hace a la persona afectivamente muy sensible, adaptable, psíquica, receptiva e inspirada, o bien, mudadiza, insegura, evasiva y compleja en sus estados psico-emocionales.
La posición de la Luna en la casa octava nos dice que todo lo representado en este horóscopo por el astro lunar está en relación directa con la transformación y el cambio interno de esta persona, tanto desde el punto de vista evolutivo como desde el ángulo involutivo.
En términos generales, las cuestiones relacionadas con el romanticismo, los afectos, la familia, los cambios de estados anímicos y el inconsciente, son las más propicias para las crisis transformadoras, las cuales se caracterizarán por un mayor ahondamiento y profundización en la propia psiquis inconsciente: la Luna en casa VIII.
Veamos ahora los aspectos que recibe la Luna.
La cuadratura de Marte a la Luna hay que verla de inicio desde la perspectiva de que la Luna es un planeta muy sensible a la agresividad de Marte, lo cual se deduce por puro sentido común. Así, la psiquis inconsciente (la Luna) es muy receptiva a los estímulos agresivos del ambiente (Marte), ante los cuales su respuesta es de irritabilidad y herida susceptibilidad.
De alguna manera, se puede entender este problema como la falta de digestión bastante marcada (Luna) de las energías de Marte desarmónicas: falta de consideración, impulsividad, irrespetuosidad, etc. Hacia todo ello la persona es bastante sensible y está muy desprotegida.
También la cuadratura presente se puede estudiar y entender de otra manera: Marte hace que las manifestaciones de la Luna se aceleren y se tornen impulsivas. Pero continuemos con el siguiente aspecto.
La Luna recibe una cuadratura de Júpiter, el astro de la expansión social, el optimismo, etc. Con este desarmónico aspecto sucede que las reacciones emocionales, la personalidad psico-afectiva y los estados psíquicos imaginativos se tornan bastante pantalladores o de fachada. Desde luego que el optimismo y la alegría hacen su aparición debido a la fuerza expansiva en lo psíquico que genera Júpiter, pero se trata de una alegría superficial y más que nada cara hacia fuera. Al mismo tiempo, con este aspecto sucede que se tiende a lo fácil (Júpiter desarmónico) en los temas análogos a la fuerza lunar, tales como las relaciones románticas, el hogar y los afectos.
El trígono de Plutón es sumamente importante y revitalizador, con lo cual se podría decantar el conjunto de fuerzas hacia lo evolutivo, pues la casa VIII es la análoga o afín al astro plutoniano según el sistema de sectores astropsicológicos.
Merece un poco de nuestro tiempo el comentar algo acerca de esto mismo, ya que la afinidad entre, por ejemplo, Plutón y la casa VIII nunca se pierde, sea cual sea el signo zodiacal que se coloca en la cúspide de la casa ocho. Por eso, cuando Plutón lanza un aspecto a algún planeta presente en la casa ocho, se puede considerar que hay una «determinación indirecta» añadida aparte del propio aspecto en sí, la cual consiste en la simpatía o vibración análoga entre la casa VIII y el planeta Plutón.
En general, lo anterior es una regla general para todos los «regentes de sectores astrobiológicos», tal como sucede con Plutón y Marte sobre la zona ocho.
Continuando con el tema de los aspectos de la Luna en este horóscopo, hasta ahora habíamos visto las cuadraturas de dos planetas masculinos (Marte y Júpiter) hacia la femenina Luna.
Se trata la presente de la carta astral de una mujer. Por tanto, dos planetas como Marte y Júpiter en cuadratura con la Luna, hacen que esta tome características de excesiva expansión, extroversión o ambición.
Pero nosotros veníamos hablando del trígono de Plutón a la Luna, que es precisamente un aspecto que sirve en mucho para trasformar gamas de vibraciones desarmónicas en energías superiores.
Este aspecto hace que la persona sea capaz de mirar hacia dentro de sí misma, realizando primero el diagnóstico y luego haciendo uso de la alquimia interna para ir cambiando aquello que fuera necesario. Podríamos decir que el sufrimiento es un aviso de la necesidad del cambio en algún sentido, ya que sufrimiento es rozamiento entre energías que están poco pulidas.
La Luna recibiendo trígono de Plutón supone una gran capacidad de ahondamiento y profundización en los propios mundos psico-afectivos. Ello contrasta bastante con las dos cuadraturas de Marte y de Júpiter, pues ellos más bien inducen a la Luna a estados psíquicos de autosuficiencia, mal humor y algo de afán de mandato (Marte) y organización (Júpiter) en lo afectivo.
Así, podríamos determinar la existencia de una fase de reacciones afectivas impulsivas (Marte) y de jolgorio (Júpiter), mientras que en otro período de tiempo definido tendríamos que considerar la existencia de actitudes afectivas hondas, autorrealizadoras y mucho más controladas (trígono de Plutón) que las anteriores.
Pasemos ahora a tener en cuenta la regencia de la Luna sobre la casa que le corresponde. En este caso la Luna es el regente natal, con lo que todo lo que hemos dicho redobla su relación directa con los comportamientos conscientes de la persona, pues el astro lunar es ni más ni menos que el regente natal o el regente del horóscopo.
De esa forma, el germen o el origen de las situaciones que se presentan en la casa VIII es el propio yo, lo cual en sí nos da para este horóscopo una clave importante: las cuadraturas que van hacia Luna en casa VIII indican pruebas emocionales fuertes que generan crisis psico-afectivas, pero el fundamento de tales pruebas y, por tanto, la solución de las mismas, pasa por cambiar los comportamientos del yo. Dicho de otra forma: tales pruebas de tipo afectivo sobrevienen por cuestiones de carácter y comportamiento.
A la vez, el regente natal «se introduce» en la casa VIII, que es la de la introspección y las crisis transformadoras, con lo cual hay una tendencia consciente a meterse en los mundos de la interiorización, los cuales muchas veces pasan desapercibidos para las personas que rodean a este ser, debido al propio simbolismo de lo oculto que posee el sector octavo.
Todavía podríamos hablar de que las mencionadas crisis llevan a un mayor interés por lo esotérico e interno debido a la posición de la psíquica Luna en el signo de los Peces en la casa VIII y con trígono del iniciático Plutón.
En este horóscopo centraremos nuestra atención en la posición de Neptuno en la casa novena, el cual se sitúa retrógrado en el signo de la Balanza, con cuadraturas de Urano y de Marte, así como con un trígono de la Luna.
Respecto a la posición en signo de Neptuno hay que decir que este astro se relaciona con la vivencia de las recepciones psíquicas especiales en el ser humano, fueran de tipo elevado o de carácter inferior. La ubicación en este ejemplo del astro neptuniano en el signo de la Balanza indica que aquello a lo que la persona adora o idolatriza, o bien, lo que sitúa como lo superior a sí misma, es todo lo relacionado con el signo de la Balanza.
Pero, evidentemente, hemos de decantarnos por los atributos inferiores o por los superiores de la Balanza dependiendo de los aspectos de que goza el planeta Neptuno.
Por tanto, sumando a todo esto la posición del mencionado planeta en la casa novena, habremos de definir la filosofía de la vida de esta persona como amante de la sensualidad, la belleza, las relaciones sociales, los lujos, etc. Debido al estado cósmico medio-bajo de la posición neptuniana (por causa de sus dos cuadraturas), el peligro reside en que tales añoranzas queden como espejismos bastante difusos.
De este modo, Neptuno es propenso a generar una sensación de indefinición en la cual los límites de las cosas y de las relaciones no están claros. De ahí que su situación en el signo de la Balanza haga que lo conectado con la pareja, los colaboradores o las relaciones humanas en general sean ideales (casa IX) un tanto vagos, bohemios, enredados y engañosos (Neptuno desarmónico).
Con todo lo dicho, no es raro que se tienda a los desengaños y las situaciones un tanto caóticas en las cuestiones librianas, pues Neptuno provoca una visión general o abstracta (casa IX) difusa, compleja e hipersensible en el área del signo de la Balanza.
Pasemos ahora al tema de los aspectos recibidos por el neptuniano planeta.
Primeramente, fijémonos en el trígono que recibe de la Luna.
Ciertamente, mejora mucho la posición de Neptuno, pues este, por otro lado, está herido por las cuadraturas de dos planetas bruscos como son Marte y Urano.
Entonces la Luna genera una idealización o sublimación (Neptuno en casa IX) de la experiencia familiar, maternal y romántica (trígono de la Luna), aunque no cabe duda de que ello ha de manifestarse en una etapa diferente a las relacionadas con las cuadraturas de Marte y Urano a Neptuno, las cuales indican tendencia al desapego marcado y a las relaciones algo extravagantes.
Por ello, en general debemos de darnos cuenta en la interpretación de un horóscopo de cuándo existen dos facetas tan dispares que necesariamente han de pertenecer a etapas o épocas distintas en la vida. A partir de este punto, haciendo uso del sentido común nos daremos cuenta de qué faceta es anterior y de cuál es posterior.
En el ejemplo que tratamos, mi intención natural a la hora de valorar los aspectos de la Luna es la de interpretar primero las cuadraturas de Neptuno (enviadas desde Marte y Urano) y luego el trígono de la Luna a ese mismo planeta. No lo hicimos así para emular lo que al estudiante le podría pasar cuando elige fortuitamente un aspecto planetario y no otro para iniciar el estudio de la serie de aspectos de un astro determinado.
Lo lógico en este caso es el comenzar en el sentido indicado (primero las cuadraturas) por el hecho de que se sobrentiende que para llegar a esa idealización de lo familiar y maternal (trígono de Luna a Neptuno) primero la persona ha de vivir según su horóscopo la experiencia del desapego, los desengaños, la extravagancia en las relaciones, las rupturas y las relaciones un tanto libertinas (cuadraturas de Marte y Urano hacia Neptuno), aspectos todos estos que puntualizaremos a continuación.
Recordemos que la casa IX es también la casa de la mente superior, con lo que el trígono de Luna hacia Neptuno puede despertar en un momento determinado de la vida una cierta capacidad de sensibilidad psíquica superior o de videncia.
Probablemente, esta cualidad se desarrolle de forma manifiesta coincidiendo con esa etapa comentada en la cual se sublima enormemente la familia y el hogar.
Sigamos adelante con la cuadratura de Marte a Neptuno. Este aspecto puede generar cierto fanatismo en las cuestiones que están sublimizadas o idolatrizadas, bien sean de tipo espiritual, supersticioso, religioso, de ideales o formas de ver la vida, etc.
Si tenemos en cuenta que Marte es un astro agresivo e impulsivo, llegamos a la conclusión de que la tendencia evasiva y comunitaria (Neptuno) de entender las relaciones humanas (Neptuno en Balanza en IX) se manifiesta de manera brusca y un tanto arriesgada (cuadratura de Marte).
Ello favorece una serie de analogías marciales como es la ruptura brusca de relaciones, la cual se manifestaría a través de Neptuno en la casa IX: ideales (casa IX) sobre las relaciones humanas (Balanza) muy enrevesados (Neptuno desarmónico) y algo faltos de respeto (cuadratura de Marte a Neptuno).
Continuando con la esfera de los ideales, nos resta averiguar el efecto de la cuadratura de Urano sobre Neptuno. Ello, de inicio, genera una visión de las cosas a veces estresante (Urano) y en ocasiones depresiva (Neptuno).
Simultáneamente, una relación desarmónica entre Urano y Neptuno genera reacciones extrañas, imprevisibles, fuera de la media totalmente y que tanto pueden ser hiperpasivas en un momento dado como de aceleramiento en otras ocasiones.
En el caso concreto que estudiamos, nos hemos de referir a tal aspecto desarmónico uraniano concretamente sobre Neptuno en IX, con lo que hablamos de la visión general o filosofía de la vida de la persona. Así, la excentricidad (Urano) mezclada con el surrealismo inaprehensible (Neptuno), la rebeldía (Urano) unida al sentido difuso y comunitario de las relaciones (Neptuno) y un cierto disparate mental en la forma de ver las cosas (Urano cuadratura Neptuno), son algunas de las notas características de la «filosofía vital» o la óptica a través de la cual se ve el mundo.
Tenemos que fijarnos ahora en la regencia de Neptuno sobre la segunda casa, con lo que nos encontramos en un ejemplo interesante desde el punto de vista de la aplicación del SIRC, pues existe una gran polaridad entre las «cuestiones abstractas» que hemos estado viendo en la casa IX y los asuntos materiales y económicos del segundo sector terráqueo.
De entrada, no olvidemos que el signo de los Peces se localiza en la casa segunda, con lo que en principio caben dos posibilidades en el «ambiente general» de la casa II visto el asunto a grandes rasgos:
A.
La persona se mete en actividades monetarias propias de los Peces: entradas económicas en relación con la enfermedad, sector de hostelería y turismo, bebidas, etc. Como actitud interna podríamos mencionar aquellas actividades económicas que se realizan con gran fe, entrega y abnegación.
B.
En caso de una posición desarmónica del regente de los Peces, tendríamos que hablar de actividades económicas propias de este signo en su escala de vibración desarmónica, tales como: actividades fraudulentas, chantajes, chismes, evasividad ante los compromisos monetarios, falsa santurronería o religiosismo en las cuestiones económicas, espejismos y experiencias ilusorias en el mismo terreno, etc.
Obviamente, en el primer párrafo nos hemos referido a un buen estado vibratorio del signo de los Peces, el cual depende fundamentalmente del estado cósmico de sus planetas regentes, de los cuales en este ejercicio solo consideraremos a Neptuno, pero no al corregente Júpiter, por simple motivo de pedagogía.
Como habrá observado el estudiante, en toda la serie de ejercicios que venimos realizando con planetas situados desde la primera casa hasta la doceava, no solo nos limitamos a la aplicación del SIRC, sino que estamos aplicando conjuntamente otras técnicas que son previas a la mencionada.
Así, antes de hacer el estudio de las casas regidas por un planeta (SIRC) hemos de estudiar ese astro de acuerdo al SUIPASC, pues es más potente como ya sabemos la fuerza del planeta en la casa en que se ubica que sobre la casa o casas que él rige.
Por tanto, una vez que hemos visto la situación en signo, en casa y los aspectos del astro en cuestión, pasaremos a considerar su regencia sobre una o dos casas según el caso.
En el ejemplo de Neptuno, ya que este se localiza en un estado medio-desarmónico debido a las dos cuadraturas, hemos de considerar al signo de los Peces con un estado vibratorio del mismo tono.
A la vez se ha de tener en cuenta que la base o el germen inicial de las experiencias propiciadas por Neptuno en la casa IX se halla en la casa segunda, es decir, en la capacidad para materializar y concretizar. Así, se observa que el cierto fanatismo de creencias representado por las cuadraturas de Marte y Urano a Neptuno se origina en los simultáneos enredos y subterfugios a los que la persona tiende a meterse en cuestiones de dinero.
Dicho de otra forma, la cierta incapacidad para materializar y concretizar (casa II) viene representada por la proyección del regente de II hacia la casa IX, que casi podríamos definir como «la evasión del regente de las bases materiales (Neptuno) hacia los mundos de la opinión y la creencia (casa IX)». Es decir, esa incapacidad para abordar la realidad material es lo que hace que la persona se refugie en los mundos abstractos, que en su caso son de la extravagancia y la rareza.
La parte armónica del asunto se comienza a manifestar de una forma muy clara cuando este ser conecta más adelante con una parte muy importante también de sus ideales, que es la de la familia y el hogar (Luna trígono a Neptuno), con lo cual se comienza una fase en la que la paz psíquica y la tranquilidad interna (Neptuno) se asientan en el seno del hogar idealizado.
En esa fase también se produce un mejoramiento de la situación económica, pues al fin y al cabo Neptuno, que es el que recibe el trígono de la Luna, es el regente del dinero en este horóscopo natal. Esta mejoría material se desarrolla con actividades económicas ligadas a la familia, al mundo de la mujer y los niños, etc., todos ellos asuntos regidos por el lunar planeta.
Para sintetizar al asunto, podemos decir que esta dinámica creada entre la casa IX y la II es una cuestión de evasión del propio sector segundo hacia el IX (Neptuno desarmónico en IX como regente de II), con una posterior estabilización económica (trígono de Luna al regente del dinero: Neptuno) en la que la persona también ha cambiado bastante la rara y surrealista visión de la vida que tenía (Neptuno con dos cuadraturas en IX), haciéndose mucho más afectiva y hogareña (trígono de Luna) y abandonando bastante su otra etapa de «filosofía de la libre relación» (cuadratura de Urano a Neptuno en IX).
Estudiemos en este horóscopo la presencia de Júpiter en la casa décima, que se sitúa en el signo del Toro.
Júpiter aquí se localiza en un signo de tierra y en una casa (la X) afín al elemento tierra o perteneciente a las casas materiales, con lo que ambas circunstancias se refuerzan una a la otra.
Júpiter posee un estado cósmico medio, pues recibe un trígono, una cuadratura y dos sextiles, siendo peregrino su estado en signo.
Júpiter en el signo del Toro nos habla de expansión o de derroche en todo el ámbito de las cuestiones propias de este signo: bienes materiales, satisfacción de la comodidad, estabilidad económica, sensualidad, etc.
En el caso presente, hemos de considerar también que Júpiter es el astro en máxima elevación, con lo que él toma una fuerza especial en la vida, sobre todo en cuanto a metas de realización concreta a medio y largo plazo (casa X). La filosofía de la vida y la moral (Júpiter) son de tipo pragmático, concreto y terrenal, con lo que se aspira a la fortuna y la ampliación progresiva (Júpiter) en lo social y profesional (casa X).
La clave del éxito de la cuestión es si efectivamente se genera un equilibrio entre la función conservadora y acumulativa del Toro, por un lado, y la tónica de comodidad, disfrute y ostentación propia del astro jupiteriano.
En lo que se refiere a los aspectos astrológicos percibidos por Júpiter, la cuadratura de Plutón nos indica que el realce o levantamiento en lo socio-profesional (Júpiter en X) está bastante en contradicción con la propia autorrealización personal (Plutón). Ello tiene relación con el hecho de que la persona tiene inclinación a introducirse en ambientes sociales marcados por Júpiter en Toro con cuadratura de Plutón. ¿Qué tipo de ambientes son estos?. Pues sencillamente aquellos en los que la fortuna y la satisfacción material son el único objetivo (Júpiter con cuadratura en el Toro), a la vez que poseen cierto corte ligado a las querellas, los intereses soterrados y las reacciones instintivas explosivas (Plutón lanzando cuadratura).
Lógicamente, el trígono de la Luna hace que en un momento determinado de la vida de este varón se vaya a producir un cambio en el que, después de las crisis plutonianas en casa X, él tienda sobre todo a un tipo de comportamiento social muy basado en su familia y en el sentido de lo paternal (trígono de la Luna a Júpiter en casa X). Así, se observan claramente dos tipos de experiencia en cuanto al décimo sector terrestre, siendo una mucho más pasional (Plutón) y de fachada (Júpiter) mientras que la segunda es sobre todo familiar (Luna) y paternal (Júpiter).
Estrictamente en cuanto a lo profesional, la cuadratura de Júpiter a Plutón indica la inclusión en actividades expansivas económicas (Júpiter en el Toro) de mucho desgaste interno y en fricción con intereses arraigados, que es lo que solemos llamar coloquialmente «mafias» (cuadratura de Plutón).
En lo profesional, el trígono de la Luna puede perfectamente cambiar la orientación, dirigiéndose más que nada a asuntos en conexión con ese trígono Luna-Júpiter: negocios familiares, mundo de la mujer, alimentación, etc. En esta etapa se produce una mucho mayor fecundidad material, pues la Luna es el astro de la fecundidad y Júpiter es el de la holgura. En cambio, la etapa o ciclo de vivencias relacionadas con la cuadratura de Plutón resulta muy poco fructífera pero sí muy rica en experiencias.
Pasemos ahora, después de la aplicación del SUIPASC en este caso, a avanzar en el mismo con el SIRC (Sistema de Interpretación de los Regentes de Casas).
Júpiter es el regente de la casa quinta y el corregente de la casa octava.
En estas dos casas vamos a localizar la base original o el sustrato de las fuerzas jupiterianas que se llevan a cabo en la casa X.
La regencia de Júpiter sobre el Centauro y la casa quinta nos habla de que efectivamente los negocios, la inversión de dinero y la especulación financiera son el germen inicial de las experiencias jupiterianas en X. Pero tampoco se debe de pasar por alto el hecho de que es concretamente el Centauro el signo colocado en la cúspide de V, con lo que la tónica de generar creatividad e iniciativa en el mundo de los negocios se basa en acciones expansivas, o bien, en actuaciones que cuentan demasiado con el factor juego o suerte.
Aquí debemos de realizar un pequeño paréntesis para hacer alguna indicación complementaria. Quizás el estudiante se haya preguntado por qué hemos elegido el significado de «negocios» respecto a la casa V y no el de los hijos o los noviazgos.
Ello se basa en que el SIRC produce una relación muy dinámica entre las casas. Así, en el presente ejemplo hemos interpretado que la posición de Júpiter en un signo de tierra acumulativo (Toro) y en la casa de tierra angular (X) posee una gran inclinación hacia el factor de expansión económica.
De ese modo, la regencia de este Júpiter sobre la casa V hace que por AFINIDAD o ANALOGÍA se ligue con mucha mayor facilidad el significado de «negocios» correspondiente a la casa quinta.
Esto anterior no significa en absoluto que los demás atributos del sector V no puedan ser también la «base o el sustrato» de la casa V, sino solo que es más fácil ligar los atributos análogos entre casas. Así, en su momento las aventuras amorosas (V) pueden ser perfectamente la base de la expansión social del interpretado, especialmente en la fase marcada por la cuadratura de Plutón a Júpiter, debido a la naturaleza profundamente sexual del astro plutoniano. También los hijos (casa V) pueden constituir el cimiento de los objetivos a medio y largo plazo, especialmente en este horóscopo por cuanto la Luna lanza un trígono a un planeta situado en X, el cual indica que la holgura para la familia se constituye en meta a realizar en la vida concreta.
Por tanto, la conclusión es que a la hora de realizar la combinación entre dos casas se debe de unir primero los significados más próximos de ambas, para luego con la práctica ir ligando los restantes.
La casa de la cual es corregente Júpiter es la octava, la cual está situada en el signo de los Peces. La cúspide del sector octavo en los Peces nos indica que las grandes pruebas de la vida vienen a través de las dudas psíquicas, los engaños, los chismes, los subterfugios y la credulidad; y, a la vez, las grandes transformaciones vitales internas se generan por la fe, la abnegación, la inspiración y la visión trascendental.
Sirva este de ejemplo de cómo interpretar la cúspide de una casa colocada en un signo zodiacal.
La corregencia de Júpiter sobre la casa octava en los Peces hace más que probable que las actividades económicas y de expansión social propiciadas por el astro jupiteriano sean fuente de pruebas importantes. Entre ellas podemos citar los engaños, los subterfugios, etc. propios del signo de los Peces, los cuales se acentúan como ciertos por la cuadratura de Plutón a Júpiter, pues sabemos que el plutoniano planeta es muy propicio en estado desarmónico a los encontronazos con fuerzas que se van gestando de manera oculta, tales como los más recónditos y arraigados intereses creados.
La transmutación o la evolución radical (casa VIII) es la base de la casa X, con lo que se puede deducir que existen a lo largo de la vida crisis depurativas y posteriores transformaciones de fondo (casa VIII) en la línea o trayectoria de realizaciones concretas y mundanas de la persona (casa X). Esto se constituye en el presente ejemplo en especialmente potente, ya que Júpiter (corregente de VIII) recibe una cuadratura de Plutón, que es el astro AFÍN al sector octavo y, por ende, a la casa VIII.
En cuanto a lo anterior cabe recordar que por ejemplo el astro Plutón siempre es afín a la casa octava sea cual sea el signo colocado en un horóscopo en la cúspide de esta. Otra cosa bien diferente es que Plutón sea el regente de la casa octava, lo cual solo puede suceder cuando el signo del Escorpión se halla en la cúspide de esta.
Este cambio radical o de fondo (casa VIII) que constituye a lo largo de la vida uno de los pilares de la trayectoria concreta de la persona (casa X) es el que puede producir el paso de las situaciones indicadas por la cuadratura Plutón-Júpiter a las representadas por el trígono Luna-Júpiter.
Estudiemos ahora un planeta en la casa XI, para así continuar con la ronda.
En este caso se trata de Saturno, el cual se localiza situado en el signo de los Peces.
Saturno nos habla acerca de la voluntad de la persona y de su capacidad de concretizar y perseverar a lo largo del tiempo.
Al estar en los Peces, estos atributos psicológicos dependen de la fe interna de la persona pues, de no ser así, se cae en conductas melancólico-depresivas y de tipo derrotista, no habiendo una buena comunión entre la vida real (Saturno) y las sensaciones psíquicas internas subconscientes (Peces).
Al ubicar a Saturno en los Peces y en casa XI, podemos decir que la interpretación debe de centrarse en las experiencias con las amistades, el comportamiento del interpretado con los amigos, el carácter de las amistades, las ilusiones y proyectos cara al futuro, los posibles hobbies intelectuales, etc.
En caso de un estado desarmónico de Saturno, deberíamos de inclinarnos a pensar que las relaciones de amistad son más bien depresivas, materialistas y con personas de corte saturniano inarmónico (tacaños, rígidos, etc.).
Si se tratara de un buen estado cósmico de Saturno, las relaciones serían serias, maduras, responsables, de larga duración, etc.
En nuestro ejemplo presente Saturno posee un estado cósmico medio-bajo, pues tiene cuadraturas con Venus y Júpiter, trígono con Neptuno, sextiles con Luna y Mercurio y oposiciones con Marte, Urano y Plutón. Desde luego que a la hora de determinar una escala para el estado cósmico del planeta debemos de considerar sobre todo la fuerza de los trígonos y las cuadraturas. En este caso las oposiciones deben de ser bien tenidas en cuenta debido a que son tres y con planetas de energías muy bruscas (Marte, Plutón y Urano).
Debido a estas oposiciones los dos sextiles no pueden equilibrar la balanza hacia el lado armónico. Por tanto, la existencia de dos cuadraturas y de un solo trígono es lo que fundamentalmente decanta la cuestión hacia un estado medio- bajo.
Comenzando con las dos cuadraturas de Saturno, destaca que ambas sean con los dos tradicionalmente llamados planetas benéficos. La conclusión al respecto es que la taciturnidad en las relaciones de amistad y una cierta represión a la hora de la diversión y el placer, son algunas de las notas fundamentales. Saturno en cuadratura con Venus significa obstáculos o retrasos en las cuestiones amorosas, sensuales y de comodidad, lo cual viene motivado por un Saturno desarmónico fundamentalmente que evita las diversiones, las relaciones sensuales y el ocio en general (cuadratura de Venus). Así, una parte de las amistades resulta bastante rígida e interesada (Saturno) en las cuestiones amorosas (Venus).
La cuadratura de Júpiter a Saturno genera también la limitación (Saturno) de la expansión social (Júpiter). En cuanto a los planes y proyectos cara al futuro (casa XI), Saturno genera más que nada pesimismo y la cuadratura con Júpiter supone una visión de conjunto de las cosas (Júpiter) con tendencia al conservadurismo y el control (Saturno). Así, la cuadratura Júpiter-Saturno supone en cuanto a los proyectos una tendencia política de fachada (Júpiter) y a la vez diplomático-materialista (Saturno).
Recordemos que el significado de la casa XI en relación con planes, proyectos, ilusiones o utopías cara al futuro viene dado por la analogía del sector doceavo con el signo del Aguador: el futuro, la intuición, etc.
El trígono que recoge Saturno de Neptuno nos indica claramente que la inclinación del varón dueño de este horóscopo es a recogerse y a tener actitudes meditativas, puesto que tanto Saturno como Neptuno son astros que generan introspección y cierta dosis de austeridad (Saturno) espiritual (Neptuno). Por tanto, y como resumen es bastante claro que esta persona rehúye y se aísla de las diversiones, los medios sociales que considera superficiales y las reuniones, manifestando cierto carácter un tanto aislado. Su parte fuerte está en las cuestiones que en grupo o con amigos muy escasos pudiera realizar en el ámbito del retiro, lo espiritual y lo meditativo.
Saturno es regente de la casa IX y de la X, así como corregente de la XI, con lo que este ejemplo nos viene como anillo al dedo para investigar en un caso en el que un mismo planeta rige tres casas. Ello se puede dar con los planetas que rigen dos signos y en horóscopos donde hay algún par de signos interceptados, pues ello indica que hay otro par de signos en los que caen las cúspides de dos casas, tal como vemos en el presente ejemplo de carta astral.
Veamos ahora la regencia del planeta Saturno sobre estas tres casas. Tengamos en cuenta a la vez que las cualidades aportadas por este astro a los sectores terrestres IX y X son bastante definitivas, por cuanto en esas casas no hay ningún planeta. En la XI el único existente es el propio Saturno, con lo que ahí refuerza doblemente sus energías, aunque falta estudiar la fundamental aportación del regente de este sector: Urano.
La regencia de Saturno sobre IX nos indica que la base o la causa original del comportamiento saturniano en XI está en la propia filosofía o visión (sector IX: «yo veo») de la vida que posee esta persona.
La cúspide de la casa IX se sitúa en el signo del Macho Cabrío con lo que, teniendo en cuenta el estado cósmico de este planeta, podemos decir que la visión general de la existencia se sustenta en la meditatividad, una óptica basada en la melancolía y en el alejamiento de las «superficialidades y banalidades sociales». Por tanto, se trata de una persona que ve las cosas más que nada de una manera sobria pero, paradójicamente, el hecho de que Saturno reciba cuadratura de dos planetas «jolgoriosos» como Venus y Júpiter hace que la mencionada seriedad saturniana a veces se vea desbordada, con lo que tales impulsos quedan reprimidos en el subconsciente (Saturno en los Peces), o bien, se les satisface de forma un tanto rutinaria, materialista, abatida y taciturna (Saturno en los Peces).
El trígono de Neptuno a Saturno hace que en un momento determinado de la vida salgan a flote intereses más espirituales (Neptuno), aunque siempre dentro de una tónica realista (Saturno).
En relación con el SIRC, la conclusión es que los proyectos y planes cara al futuro (casa XI) de tipo saturniano se basan en la filosofía general de la vida de este individuo (casa IX). Continuemos ahora con la regencia de Saturno sobre la casa X, que también se localiza en el signo del Macho Cabrío. Esto significa que la tónica de los ambientes a los que se dirige, así como sus propios comportamientos sociales, son más bien reservados, de poca expansión, rutinarios y con algunas «escapadas» un tanto veladas o que no se quiere que sean vislumbradas por los demás.
Esto último se debe a que la relación de cuadratura de Venus y Júpiter hacia Saturno genera comportamientos que tienden al disfrute de los placeres incluso con excesos (desarmonía con Venus y Júpiter), pero siempre dentro de la tónica saturniana desarmónica: rutina, excesivo autocontrol, interés, ocultación, etc.
El trígono de Neptuno a Saturno hace que el interpretado busque y llegue a encontrar ambientes sociales en los que poder desarrollar sus tendencias meditativas.
Respecto al SIRC, podemos decir que el medio ambiente social con el que la persona afina y las propias actitudes sociales de ella misma (casa X), son las que hacen que su círculo de amistades y su participación en actividades grupales (casa XI) tenga las características mencionadas anteriormente al estudiar el sector onceavo.
Por último, es el propio Saturno el que corrige la casa que ocupa, es decir, la XI. Por tanto, ahí su posición se refuerza en cuanto a todos los asuntos de esa casa. La diferencia con respecto a la regencia de Saturno sobre IX y X es que la cúspide de XI se coloca en el signo del Aguador. Así, las amistades tienden a ser originales o bien extravagantes, aparte de tener las cualidades propias de Saturno en el estado cósmico en que se encuentra: poco trato social, soledad, «escapadas nocturnas» (cuadratura de Júpiter y Venus a Saturno), etc.
El otro tipo de amistades se caracteriza por su responsabilidad y profundidad, estando muy interesadas esas personas por vivir experiencias de carácter interior o introspectivo: trígono Neptuno-Saturno. A la vez, debido al propio efecto saturniano, tales intereses abstractos no hacen que estas personas sean evadidas de la realidad, pues ello se produciría en el caso de una cuadratura Neptuno-Saturno.
En términos teóricos, cuando un planeta está presente en una casa y rige esa misma casa en la que se encuentra, se puede decir que el «sustrato» de las actividades de ese planeta en tal casa son los propios atributos de ese mismo sector terrestre. En el presente ejemplo ello no ocurre sino en parte porque además Saturno es regente de otras dos casas.
En cambio, si habláramos de UN PLANETA QUE SOLO RIGE LA CASA EN LA QUE ESTÁ SITUADO, lo anterior se aplica totalmente.
Veamos un ejemplo. Un astro situado en XI y que solo rige la casa XI, significa que lo que allí genera el planeta tiene su «base», su «origen inicial» o su «sustrato» en las propias amistades. Por tanto, el SIRC proporciona grandes claves en la interpretación de un planeta en una casa. Si, por ejemplo, ese planeta fuera el regente de la casa I y no de la XI, pero estando presente en esta última, la cosa cambia totalmente.
Ahora la base original de lo que acontece en la casa XI no son las propias amistades del interpretado, sino él mismo, sus conductas, su temperamento, etc. (casa I).
Para finalizar con nuestra ronda, nos centramos en un ejemplo en el cual el planeta a estudiar se sitúa en la casa XII. Se trata de la Luna en el signo del Escorpión, con tres trígonos y una cuadratura.
La Luna en el signo del Escorpión inicialmente se coloca en una posición de debilidad de fuerza debido a su caída, pero teniendo en cuenta los aspectos podemos decir que su estado es medio-alto.
No cabe duda de que son más potentes las fuerzas armonizadoras que recibe el astro lunar que las desarmonizantes que percibe, sobre todo porque los trígonos son con planetas destacados en su capacidad benéfica: en el caso de Venus es claro, igual que en el del Sol, pero no se puede olvidar que Mercurio acentúa el poder de los benéficos y atiza el odio de los maléficos, con lo que en este caso está muy bien definido en cuanto a su bondad de fuerzas.
La Luna en el signo del Escorpión posee relación con una personalidad psico-afectiva (Luna) compleja, profunda, energética, llena de enigmas y a veces explosiva (Escorpión).
La presencia del astro lunar en la casa doceava hace que sin lugar a dudas se suba o crezca la energía psíquica representada por este planeta, pues el sector terrestre XII es el del subconsciente, tanto el incubado durante esta vida como en las anteriores, según la perspectiva de la Astrología esotérica. Así, el sector XII tanto puede indicar limitaciones como potencialidades subconscientes.
En el presente caso, es evidente que la Luna sobre todo nos habla de energías subconscientes equilibradas, aunque también sobre algún punto débil hemos de hablar. Como añadido, el ejemplo es un poquito más complejo porque se trata del horóscopo de un varón, con lo que la polaridad es mayor, ya que la Luna afina más con cualidades femeninas o receptivas.
En términos generales, la Luna en XII en posición armónica general significa que la personalidad subconsciente es romántica, imaginativa, psíquica y en ocasiones cambiante, todo ello dependiendo del análisis específico de los aspectos que a continuación hagamos.
Con todo, se trata de un subconsciente profundo -debido a la presencia de la Luna- muy potente y que, en conexión con el estado cósmico del planeta, puede derivarse tanto hacía desatar energías psíquicas obscuras (Luna desarmónica en Escorpión) como a liberar fuerzas inconscientes que elevan y autorrealizan sentimentalmente (Luna armónica en Escorpión).
Veamos primeramente la cuadratura que recibe la Luna, la cual proviene de Plutón. Debido a que la Luna se sitúa en el signo del Escorpión (regido por Plutón), sabemos que tal aspecto posee una fuerza especial. Es lo que llamamos el dispositor del planeta.
SE ENTIENDE POR DISPOSITOR DE UN PLANETA X AL ASTRO Z QUE ES EL REGENTE DEL SIGNO DONDE SE SITÚA X.
En caso de que el signo tuviera dos regentes, el planeta o los planetas presentes en él poseerían un DISPOSITOR y un CODISPOSITOR.
En el caso que observamos, el dispositor de la Luna es el planeta Plutón, mientras que su codispositor es Marte, pues este astro es el corregente del signo.
Tal como habíamos dicho anteriormente, los aspectos que posea un planeta con su dispositor o su codispositor son especialmente fuertes, tanto para lo armónico como para lo desarmonizador.
La cuadratura de Plutón a Luna hace que según ciertos ciclos se produzcan crisis fuertes emocionales, las cuales se generan en los niveles subconscientes profundos de la psiquis. De alguna forma, Plutón acelera los procesos de limpieza o excreción, en este caso de detritus psíquicos, que pueden ser emociones pasionales, estados anímicos morbosos, imaginación explosiva, etc.
Desde luego que por estar la Luna en caída ella se debilita un tanto ante los ataques de Plutón, con lo que ciertamente existe sufrimiento durante tales experiencias; pero como los trígonos que recibe la Luna son muy poderosos, se genera más tarde la llegada de la luz, la felicidad y la claridad al subconsciente.
Comencemos con el análisis de los aspectos con el trígono del Sol a la Luna. Este aspecto es siempre garantía de que antes o después se llega a equilibrar las energías expansivas (Sol) y receptivas (Luna) allí donde tal relación planetaria influya.
Por tanto, el gran problema que a veces presenta la casa XII, que es el de conseguir la liberación armónica hacia fuera de las energías psíquicas subconscientes, está en buena parte solucionado. Ello se debe a que la persona no pierde de vista en ningún momento el eje central de su individualidad (Sol) ante los embates de las tormentas psíquicas subconscientes (Luna en Escorpión con cuadratura).
Existen además posibilidades importantes para expresar noble y creativamente (trígono de Sol) los estados anímicos subconscientes (Luna en Escorpión en casa XII), venciendo la apatía interna y la timidez, que son algunos aspectos desarmónicos de la Luna.
El trígono de Mercurio a Luna hace todavía más fácil la comunicación y la racionalización de las vivencias psíquicas internas. Además, este aspecto entre Luna y Mercurio nos habla de capacidades potenciales (casa XII) importantes que hilan tanto a la memoria y la imaginación (Luna) como a la capacidad de relación y expresión (Mercurio). Se puede hablar por tanto de una imaginación penetrante (Luna en Escorpión), creadora (Luna con trígono de Sol) y muy móvil y flexible (Luna con trígono de Mercurio).
El trígono de Venus a la Luna en XII probablemente inclina la balanza del subconsciente hacia alguna manifestación creativa artística por tres motivos: primero porque la Luna es de talante artístico, segundo por el trígono del Sol (creatividad) y tercero por el trígono de Venus (estética, gusto y refinamiento). Mercurio ayudaría aumentando las aptitudes para el diseño y el manejo de las manos. Ya que se trata de la casa XII, podemos decir que muchos de los mencionados aspectos los trae la persona «de atrás o de antaño».
El SIRC nos lleva a estudiar la casa VIII como base de la actividad de la Luna en la XII, porque la cúspide de la octava se localiza en el signo del Cangrejo.
La casa VIII es la de la transmutación personal, tanto en la forma como en la esencia interior. Ello aumenta la importancia de la cuadratura de Plutón a la Luna, pues la Luna es el REGENTE DE LA TRANSMUTACIÓN.
Hagamos un paréntesis al respecto, solo para fijar, organizar y maximizar algo que ya conocíamos.
Es conveniente que usted ponga en un margen de la planilla del horóscopo que está interpretando a los planetas que corresponden a los siguientes regentes (y corregentes si los hubiera):
PLANETA REGENTE DE LA CASA I: REGENTE NATAL O REGENTE DEL YO.
PLANETA REGENTE DE LA CASA II: REGENTE DEL DINERO O DE LAS BASES MATERIALES.
PLANETA REGENTE DE LA CASA III: REGENTE DE LA INTELIGENCIA CONCRETA Y DE LA COMUNICACIÓN.
PLANETA REGENTE DE LA CASA IV: REGENTE DE LOS PADRES Y DE LA PRIMERA PARTE DE LA VIDA. En el caso de un horóscopo de varón se trata también de forma específica del REGENTE DEL PADRE. En la carta de una mujer es el REGENTE DE LA MADRE.
PLANETA REGENTE DE LA CASA V: REGENTE DE LOS NOVIAZGOS, DE LOS HIJOS, DE LOS NEGOCIOS Y DE LAS OBRAS CREATIVAS.
PLANETA REGENTE DE LA CASA VI: REGENTE DEL TRABAJO Y DE LA SALUD.
PLANETA REGENTE DE LA CASA VII: REGENTE DEL CÓNYUGE Y DE LOS SOCIOS.
PLANETA REGENTE DE LA CASA VIII: REGENTE DE LA TRANSMUTACIÓN Y DE LAS CRISIS.
-PLANETA REGENTE DE LA CASA IX: REGENTE DE LA VISIÓN GENERAL DE LA VIDA Y DE LOS VIAJES LARGOS.
PLANETA REGENTE DE LA CASA X: REGENTE DE LA RELACIÓN SOCIAL Y DE LA PROFESIÓN. En el horóscopo de un varón es el REGENTE DE LA MADRE y en el de una mujer es el REGENTE DEL PADRE.
PLANETA REGENTE DE LA CASA XI: REGENTE DE LAS AMISTADES Y DE LOS PROYECTOS.
PLANETA REGENTE DE LA CASA XII: REGENTE DEL SUBCONSCIENTE Y DE LAS POSIBLES ENFERMEDADES.
En realidad, esto es algo que más o menos conocíamos, pero pretendemos ahora insistir en su importancia, así como especificar la conveniencia de que en un lateral de la planilla del horóscopo o en una hoja aparte se especifique cuáles son todos los planetas regentes del listado anterior.
Por supuesto que algunos planetas aparecerán dos o incluso más veces, pero ello no importa.
Por ejemplo, en el ejemplo K-33 Saturno es regente de II y corregente de III. Por tanto, no olvidemos especificar los corregentes de casas en las que aparezcan signos interceptados, así como en las casas cuyas cúspides caen en Escorpión, Aguador o Peces, ya que estos signos poseen regente y corregente.
Un cuadro complementario que también puede ser conveniente realizarlo es colocando una lista en columna de los diez planetas, comenzando por el Sol y finalizando con Plutón.
Iremos especificando para cada planeta sobre cuáles casas él es regente o corregente.
En el ejemplo K-33 lo haríamos de la siguiente forma:
-Sol: regente de la visión general de la vida y de los viajes largos.
-Luna: regente de la transmutación y de las crisis.
-Mercurio: regente del cónyuge y de los socios; regente de la relación social y la profesión.
-Venus: regente del trabajo y la salud; regente de las amistades y los proyectos.
-Marte: regente de los hijos, las obras creativas, los negocios y los noviazgos (o sencillamente regente de V); corregente del subconsciente y de las posibles enfermedades (o corregente de XII). Etc.
Este es un buen método para asimilar a los planetas con los papeles que cada uno de ellos conlleva de acuerdo al SIRC, aparte de su presencia en tal o cual casa. El alumno con el tiempo puede verse más identificado con un tipo de cuadro sintético o con el otro o, incluso, más adelante realizar tal esquema solo en la mente.
Finalizando con el ejemplo K-33, la Luna posee su germen inicial o sustrato en los significados de la casa octava: transmutación, crisis internas, experiencias psíquicas fuertes, cambios de fondo en el carácter, etc.
Así, las crisis psico-afectivas subconscientes significadas por la cuadratura de Plutón a Luna, vienen producidas por cambios en el fluir de la energía sexual de la persona, necesidad de «morir» a ciertas pasiones, etc., todo ello en relación con la casa VIII.
Igualmente, la creatividad y la luminosidad afectiva propias de los tres trígonos que recibe la Luna, tienen su origen o base en los afanes de transmutación, autorrealización y mejoramiento personal, así como en la canalización adecuada de las energías internas (casa VIII).