La latitud se mide hacia el norte (N) y hacia el sur (S) del ecuador terrestre, habiendo, por tanto, latitudes norte y latitudes sur.
La latitud norte puede ir desde los 0 grados hasta los 90 grados norte, coincidiendo el primer punto con el ecuador y, el segundo, con el polo norte. La latitud sur va de los 0 grados a los 90 grados sur, correspondiendo el segundo punto con el polo S.
La longitud se mide al oeste (O) y al este (E) del meridiano que pasa por Greenwich, en Londres, punto el cual ha quedado por convenio internacional desde 1.884 como el meridiano 0 grados. Por tanto, la longitud E va de 0 grados de longitud (meridiano de Greenwich) a 180 grados E y, la longitud oeste, va del meridiano 0 grados al 180 grados O, que es el mismo que el de 180 grados E.
En realidad, un meridiano no es una circunferencia sino una semicircunferencia, pues, por ejemplo, el meridiano 10 grados E completa una circunferencia con el de 170 grados O. Partiendo de la longitud y la latitud, en definitiva, podemos ubicar cualquier punto de la superficie del globo terrestre mediante ambas.
Existen otros paralelos terrestres importantes aparte del ecuador y que se han definido sobre la superficie de nuestro planeta.
En primer lugar, están los trópicos (figura 13), situándose
el trópico de Cáncer a 23 grados y 27 minutos N
y
el trópico de Capricornio a 23 grados y 27 minutos S.
Estos paralelos terrestres son aquellos a cuya altura se coloca el Sol visto desde la Tierra, respectivamente, al principio del verano (22 de junio) y al comienzo del invierno (22 de diciembre), entendiéndose que estas dos fechas son con referencia al hemisferio Norte.
Siempre vemos el Sol desde la Tierra en posiciones que se encuentran entre los dos trópicos y nunca por encima del trópico de Cáncer o por debajo del de Capricornio.